| Subcribe via RSS

Browse > Home / / Blog Article: Veritas

Veritas

30/3/12 | Publicado en


Tomar como punto de referencia el debate de dos filósofos, siempre implica riesgos que de alguna forma nos aventuramos a asumir. Estos son aun más, si la materia sobre la que discuten está relacionada con el tema que intentamos tratar, pero de manera muy ligera. Extraer conclusiones, sacar provecho de polémicas de este estilo, suele ser una tarea ardua pero que ofrece resultados interesantes. Encontramos en la redefinición del posmodernismo, el núcleo de esta conversación entre Gianni Vattimo y Maurizio Ferraris.

El tópico de la verdad siempre ha sido uno de los preferidos por la filosofía del derecho. Es un tótem al que le debemos respeto, y al que nos referimos con dogmática obediencia. Desentrañar su esencia, jugar con sus límites es casi visto como un acto profano. Sin embargo, en un mundo que cambia constantemente, es necesario poner en juegos conceptos capitales como lo es el de la Verdad (y la mayúscula no es más que un signo para representar a la hermana mayor de las discusiones filosóficas). Es en este sentido en el que se dirige la perentoriedad de lo real y la libre interpretación propuesta por Vattimo.

Dicho esto, es preciso que reduzcamos el ámbito de análisis sobre el que vamos a trabajar. Conocemos todos la infinidad de alternativas con las que nos podemos encontrar si mezclamos en un cubilete a la Verdad y el Derecho. Podemos tratar a la misma como un medio, o ir mas allá y estudiarla como un fin en si misma, transitando también por conceptos un poco más técnicos y procesalistas. Si intentásemos limitar un poco ese ámbito, advertiríamos la existencia de una verdad formal (lógica), otra material (sustancial) y una tercera, histórica. Mediante un simple ejercicio de clasificación, podríamos acomodar en cada casillero las distintas facetas de la misma que están en comunicación durante el estudio del Derecho. Pero no es el objetivo, al menos en estas líneas.

Retomando la discusión de Vattimo y Ferraris, nos enfocamos entonces en un concepto nuclear, el Poder. Constituimos ahora una triada: Verdad, Derecho, Poder. Un triangulo de relaciones complejas. ¿La verdad es una cuestión de poder? En ese sentido parece estar orientado entonces el debate entre los filósofos, siempre transitando por la cornisa de la discusión sobre la posmodernidad.

Refiriéndonos al poder en el Derecho, podemos hablar también de lo que Bordieu denomina “el poder de la nominación”. Aquí entra en escena la “auctoritas”, en este caso, materializada en el veredicto solemnemente pronunciado por una autoridad socialmente autorizada. La lucha simbólica que tiene lugar en el mundo social. Visiones del mundo diferentes, antagónicas, pretenden imponerse al reconocimiento de esa autoridad. Concluido el proceso, tenemos como resultado una Verdad, la Verdad que se enuncia en nombre de todos y en presencia de todos. Poder simbólico de nominación que crea las cosas nombradas, poder simbólico que en definitiva, crea verdades.

Vattimo y Ferraris no son ajenos a la cuestión de la auctoritas. Quien dice que existe la verdad siempre debe indicar una autoridad que la sancione. En suma, si existe algo a lo que llamamos verdad es solo por decisión de una auctoritas, o, en los mejores casos, resultado de una negociación. Pensar dentro de este marco, resulta asfixiante, ya que restringe en demasía el campo de acción de los diversos operadores del Derecho. Es necesario replantearse entonces una alternativa, un cambio gradual, progresivo con el fin de abrir el juego.

La posibilidad de considerar a la veritas como resultado de una negociación, es más acorde a un sistema de derecho moderno, pero en cierta forma desnaturaliza su concepción original, su ontología. Seria temeroso afirmar que el mundo jurídico está preparado para trabajar con un material que dependa tanto de ellos mismos, de sus elecciones, de sus actitudes, de su conducta procesal. El paternalismo de la verdad, ha hecho mella en las almas jurídicas y descreo del hecho que un proceso automático revierta esta situación.

Cuestionar indefinidamente la Verdad que entra en juego en el proceso, tampoco es la solución. La verificación de la verificación, no haría más que traducirse en cierto punto en la negación de la negación, y ese es un lujo que ningún proceso judicial, mas allá de sus características particulares, se puede dar.

¿Alternativas? El “pensamiento débil” de Vattimo, puede ser una de ellas. Su desarrollo principal ha sido en el área de la política y la cultura, pero señalando las premisas básicas, podemos sacar provecho para el ámbito del Derecho. ¿Cuáles son? La necesidad de una libre interpretación frente a la lógica férrea impuesta a través de siglos. Ferraris, propone por otro lado, un doble movimiento. El primero, es el desenmascaramiento; el segundo, la emancipación a través del saber y la critica.

Ignoro si esta tentativa tiene asidero en la realidad, o es posible en esta instancia de evolución del Derecho, más aun en un sistema como el nuestro, tan ligado a estructuras ya vetustas y que claman por una modificación necesaria. Pequeños gestos y señales, sin embargo, dan muestra de que el cambio de paradigma en la concepción de la verdad en el Derecho está en marcha. Es tan solo cuestión de profundizar las alternativas, darles sustrato en la realidad y promover la reflexión critica en ese sentido.

0 Responses to "Veritas"

Publicar un comentario